Maná
está
en el 35 de la revista "Rolling stone"
Fotografías
de Montse Velando
PATRICIA
GODES /Disfruta
de todo el reportaje en el nº 35 de Rolling Stone,04/09/2002: Maná
está en Florencia. los rayos de un sol irritante se cuelan por las puertas
entreabiertas del balcón. Abajo, la piscina azul y los desagradables
físicos de los clientes de un hotel de lujo absorbiendo rayos ultravioleta.
A pesar del calor, Fher, Álex, Sergio y Juan lucen sus negras galas de
rock y se esconden detrás de unas desconcertantes gafas de sol. Repantingados
en sus asientos con las piernas estiradas en esa especie de actitud desdeñosa
de quien ya lo ha visto todo, los cuatro mexicanos me reciben con su mejor displicencia
rockera. ¡Madre de Dios!, pienso para mí recordando una reciente
entrevista con los Dandy Warhols. ¿Para esto he venido hasta aquí?
Por suerte, Maná son de Guadalajara y no de Milwaukee y, por encima de
las gafas, las poses y la displicencia, me saludan con amplias sonrisas de bienvenida.
Parece que, desde 1999, no habéis hecho más
que recoger nominaciones y premios. ¿Qué importancia le dais al
éxito?
Los premios son un reconocimiento, nada más. El mayor agasajo para nosotros
es poder venir a Italia y tocar. En Alemania, vamos a tocar en un bar de doscientas
personas, que para nosotros es de puta madre. Y eso que estamos tocando para
60.000 y también está bien ¿no? Ése es nuestro principal
reconocimiento. Yo no tengo ni un Grammy, ni un disco de oro en mi casa, eso
para mí no existe. Yo tengo fotos pegadas en mi refrigerador de cuando
estábamos en el desmadre en algún país, eso es el premio.
Es Fher Olveras, cantante e ideólogo, quien contesta.
Una personalidad desbordante, una especie de Sting mexicano, un poco patriarcal,
que ya ha sido galardonado por no sé qué universidad mexicana
con un doctorado honoris causa por sus esfuerzos ecológicos.
“Creo que para Maná”, continúa
Álex, “el premio más grande son los fans porque,
a fin de cuentas, ellos van a tu concierto, pagan por verte, compran tu disco,
llaman a las estaciones de radio exigiendo que pinchen tu disco...”.
Álex González, conocido como “El Animal”, batería de Maná, es un tipo hablador y gesticulante. Personaje extrovertido, cuando le conoces en persona te explicas el inacabable solo de batería que se marcó en el madrileño Palacio de los Deportes. Habla muy alto para hacerse dueño de la situación.
¿Qué podéis hacer para demostrar vuestro agradecimiento
a esos fans?
–Pues tratar de hacer la mejor música posible. No hay mucho más
que podamos hacer –responde Álex.
–¡Yo quisiera regalarles a todos una botella de tequila! –suelta
Fher.
¡Eso sí que sería una buena idea! Con el nuevo disco dais
un cupón para que lo cambien en el supermercado.
–Lo hemos hecho, hemos invitado a fans en el backstage... (continúa
el cantante). Hablando de España, las giras son una fiesta total, porque
acaba el concierto y...
...Ya me lo han contado, es la comidilla.
...Y vamos todos atrás, al camerino, a seguir la fiesta, ¿no?
En Madrid ya se ha corrido la voz. Cuando volvais os tendrán miedo...
–Ja, ja, ja... (las risotadas de Álex son estruendosas). Mucha
gente nos ve y nos hace así (cuernos) como a los vampiros. ¡Pregúntale
a Miguel Bosé o a Nacho Cano o a Miguel Ríos!...
¿Ésos? Tengo entendido que a vuestro lado son de plastilina...
–No, pero ya saben, con nosotros, qué nivel...
–Pero esos son cabrones para el chupito, o sea, son fuertes (dice Álex).
Pues lo que se cuenta es que vosotros los dejáis a todos tumbaos.
–Bueno... que hay niveles, ya es otra cosa... (reconoce Sergio). [Es más
joven que los otros, más serio y, como buen guitarrista, sólo
se entusiasma cuando le informo de quién le hace las guitarras a Paco
de Lucía].
–Ja, ja, já... (Álex explota en sonoras carcajadas seguramente
satisfecho de la fama de sus hazañas etílicas. Con sus manazas
de batería, se acompaña de sonoras palmadas). No es culpa nuestra.
Resulta que, de repente, el recopilatorio Tutto Maná arrasa en Italia y los mexicanos no tienen ni un segundo libre para venir a España y presentar su nuevo álbum al público rockero de la Madre Patria. Enseguida se van a Alemania a actuar en varios festivales y ver si allí despiertan el mismo entusiasmo.